Las propiedades bienes raíces llegan al metaverso
Desde terrenos de hasta 450 mil dólares hasta criptocasinos donde recientemente se han pagado alrededor de 2 mdd por una simple parcela de tierra, se han invertido más de 100 mdd de la compra de bienes raíces del metaverso; a través de tokens no fungibles (NFT).
El metaverso es el entorno digital donde las personas interactúan tanto social como económicamente con avatares, que actúan como metáforas del mundo real con la diferencia de no tener limitantes físicas o económicas.
Las personas se han integrado al metaverso y usan los activos digitales de este ecosistema virtual para adquirir terrenos; así los pueden comprar, vender o arrendar.
De acuerdo con algunos analistas tecnológicos, si existen demasiadas personas que quieran gastar dinero en la criptoesfera, entonces se genera un mercado. Sin embargo, los expertos también señalan que los inmuebles virtuales tienden más a ser un criptoactivo que un terreno físico.
En ese sentido, hay dos supuestos que le dan valor a los bienes raíces virtuales: la escasez y la ubicación; dos aspectos fundamentales que también potencializan las bienes raíces físicas.
A este respecto los expertos señalan que el fundamento de escasez no se puede incluir en el metaverso; por eso se espera que la tierra digital sirva más para que las grandes marcas generen experiencias y no para que los inversores deseen apreciarla; pues quienes compran un terreno con la finalidad de incrementar su plusvalía, corren un riesgo mayor que aquellos que sólo lo ocupan para generar actividades atractivas.
Además, se cree que la proximidad a eventos y sitios de entretenimiento también vayan generando valor al metaverso, pues la escasez de suministros fijos ya es la principal fuente de valor en el universo del bitcoin; pero cuenta con la limitante de sólo contar con 21 millones de monedas.
En conclusión, adentrarse en el metaverso puede ser una visión especulativa, más puede tomarse como un movimiento visionario a pesar de que los inversionistas poco o nada están haciendo con los espacios que están comprando.
El mundo digital avanza a pasos agigantados y no debería sorprendernos si en un futuro los bienes raíces virtuales resultan ser una gran inversión.