Casas pasivas, la arquitectura al servicio del ahorro de energía
En la actualidad vivimos en un círculo vicioso: clima caluroso, aire acondicionado en la casa, consumo de energía, calentamiento global y más calor. Para ello existe una solución en la construcción que ayuda a generar un menor impacto medioambiental reduciendo el consumo de energía, son las casas pasivas.
Este tipo de construcciones aprovecha la propia arquitectura de los edificios para conservarlos cálidos en la época invernal y frescos en el verano. Gracias a este atractivo sistema pueden reducir el consumo energético hasta el 90%.
Por medio de principios básicos como la implementación de un buen aislamiento o un estudio de orientación solar, las casas pasivas son capaces de reducir el consumo energético a niveles mínimos.
Ahora, no es lo mismo una casa pasiva en Islandia que en Brasil; en un país de clima frío se buscará que la construcción perciba la mayor ganancia solar; mientras que en una nación calurosa la prioridad es generar zonas de sombra.
La arquitectura pasiva, en el entendido que es la que se utiliza para adaptarse a las condiciones climáticas, surge desde tiempos memorables. Las casas de barro en Mali son frescas en su interior a pesar del sol inclemente, mientras que los iglús ayudan a sobrevivir en el clima ártico.
La primera casa pasiva moderna como tal fue creada por el alemán Wolfgang Feist y el sueco Bo Adamson en 1991.
Principios de una casa pasiva:
Aislamiento térmico: La capa protectora que cubre la edificación evitará la entrada del frío o la pérdida de calor.
Sistema de ventilación: Con este sistema no se necesitan abrir ventanas; se filtra el aire y se recupera el propio calor de la casa para calentar el aire que entra.
Reducción de puentes térmicos: Son las zonas donde se rompe la superficie aislante para que se escape el calor.
Puertas de calidad: Una construcción pasiva cuida la orientación de sus vanos para optimizar las ganancias solares y además utilizan ventanas de triple vidrio para evitar las pérdidas de calor.
Hermeticidad: Las casas pasivas realizan pruebas que consisten en insuflar aire en el interior para poder observar posibles fugas del mismo y poder corregir el desperfecto.
Vale la pena mencionar que invertir en los materiales de calidad que requieren las casas pasivas pueden encarecer su construcción, este costo va entre un 5 a 6%, más la envoltura y la colocación de ventanas. En cifras, se calcula que una casa pasiva cuesta 100 dólares más cara por metro cuadrado; sin embargo, en el largo plazo resulta ser una gran inversión, ya que, como se mencionó al principio, puede ahorrar hasta en un 90% el uso de energía.